¿Poesía? ¿Amor? El Dolor que provoca la vida desemboca en furia; y al final en impotencia. Los verdaderos poetas son aquellos que saben vivir. ¿Por qué yo no me escondo? Es injusto; me dicen inseguro y me ocultan facetas. Hombres que se arrepienten. Mujeres que lloran. No, no conozco de mujeres; pero ¿Quién lo sabe? ¡Dejen de escribir! ¡Dejen de leer! Sentimiento, culpa, arrepentimiento; es enfermizo. ¡Dios! ¡Reniego de ti! Vida; te detesto. Me tiemblan las manos. ¡Aléjate! No quiero contagiarte con mi desgracia; y si te acercas, hazlo para escupirme en el rostro. Tú, que entiendes de la vida: vive. Tú, que conoces a Dios: amale. Tú, que te has enamorado: déjate amar. Basta de falsos conceptos. No se nos dice: “Esto es el amor.” ¡Se nos impone! Y obvio que si pongo esto aquí es para que lo leas; para que sean duros conmigo. Se honesto; conoces todo sobre mí. Nada de lo que me conozcas puede realmente cambiar el echo de saber lo que soy. Soy en esencia una pasión. Y si te atreves a escupirme; sabré que, ni tú ni yo, hemos aprendido nada de la vida. Si crees que estoy loco, tal vez se deba a que soy la única persona cuerda que existe; el resto del mundo esta completamente desquiciado. Y si, me insulto, me denigro y me humillo; pero es mucho más difícil creernos eso, a aceptar que somos grandes y buenos. Eso suena mucho a autoestima chafa. No dejare que la vergüenza de releer esto después de un tiempo me obligue a intentar esconder mi rostro. Que me sirva como lección; que aprenda de mis emociones. Todo texto es solo un desahogo. Las letras hermosas se marchitan como las flores cuando recién se arrancan de su lecho. Por eso digo que basta de escribir. Por que el tiempo me come. Por que se me escapa el corazón; por que se me va la vida. Ejercicio en retrospectiva. Sigo aquí, sentado. Y los amigos que eran, ya no son. Y los que son, se van. ¿Y donde quedo yo? Sigo soñando, sigo divirtiendo; pero muero. ¿Y donde quedan ellos? Se han ido, son gente de bien; que se jodan. ¿Y ustedes que? ¡Bienvenidos a mi fiesta! Seguiré comiendo Flypis, seguiré comiendo Ruffles; tráiganme un Frutsi ¡Ya! ¿No ves que eso es el motivo de mi enojo? Dicen así, como si nada: Adiós a los niños. Y entran a la Universidad, y tienen hijos. Y esos hijos dejan de ser niños. Y ahí se va la cadenita.

Mañana le seguimos; ya me duele la cabeza.