Agua seré.
Por que a tu lado mi turbulento corazón se amansa.
Mi alma inquieta cesa, y vuelve la calma.
Estas aguas se purifican y toda la suciedad desaparece.
La tormenta de tormentos nunca volverá, y tú, ahí estarás.
Y veras tu verdadera hermosura.
Tan cristalina es mi alma junto a ti, mi niña, que espejo soy;
y te miras en mí,
puedes ya, contemplar la lindura que llevas dentro.
Bébeme hasta saciarte.
Sana esas heridas en mis mantos medicinales;
mis lágrimas serán como aguas termales.
Desnúdate, y sumérgete.
Por favor, báñate, ya no tengas frio.
Tócame y siénteme, estoy tibio;
soy un corazón con calor para dar.
Y nada en mí, de caricias te inundo.
¡Que tu piel me absorba todito!
Oh, mujer, me vuelves liquido.
Me derrites, me desparramas;
descongelas el duro Iceberg de mis emociones,
y evaporas todo lo que soy,
dejas solo mi esencia: pasión.
Así que, tómame, y riégate de mí, y bebe; y saborea mis labios…
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