cada día alimentamos nuestra necesidad de verdad,
con mentiras.
mentiras que terminan ahí.
después de ellas hay solo un hueco,
oscuro y profundo.
sin la fuerza suficiente para amplificar nuestro eco creativo.
esa emocionalidad superficial que buscamos,
arruina lo perfecto de la vida:
la realidad palpable.
dolorosa.
brutal.
…y posible.
arañamos desesperadamente;
en el arte.
y en esos otros placeres perdidos.
seguramente algún día nos hartaremos de beber,
ya que la resaca es como la muerte:
siempre llegará.
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