Elogio de amistad; a mis amigos.

Yo si te entendí. La vida es simple, nosotros complejos; los niños inocentes, no saben nadan, no necesitan saber nada. Buscamos y buscamos, mas "poco" nunca es suficiente. Deseamos, reímos y lloramos, mas todo nos es igual. Odiamos, blasfemamos y nos arrepentimos, siempre terminamos por retractarnos, el sentido de lo que esta frente a nosotros nos inunda el olfato agudo y se nos revela lo evidente. La existencia nos parece feliz, solo mientras vidas ajenas alimentan nuestro estereotipo de lo que la vida debe de ser. Ya dejemos de amar según el amor condicional dictado desde lo más exterior y alejado de nuestro centro. Sentir no es desear. Sentir es percibir, intuir, morder, mirar, abrazar indiscriminadamente, atentamente oír la fuente que origina cada sonido, sumergirse lentamente en las esencias de los objetos. Sentir es robarse estas letras, darles coherencia, orden divino; aceptar sin remordimientos aquello que puedes fácilmente tomar, pues a nadie pertenece, es de todos. Aprendamos a aceptar regalos, ofrendas y elogios, lo natural nos lo brinda; la originalidad radica en la naturaleza. Nos parecerá no entender, la apariencia de lo absurdo de la realidad es eso, solo apariencia, mas se encuentra en nuestros sistemas deshumanizados. La lucha por la supervivencia es hermosa solo en la naturaleza, nosotros con nuestros espíritus rotos y ánimos quebrados corrompemos todo, inclusive el más riguroso de los positivismos o el más atroz de los pesimismos son falseados al punto de volvernos prisioneros psicológicos de nosotros mismos. Hoy he aprendido a ser niño de nuevo, mas no un niño cualquiera, soy yo, el original y sincero. La perfecta armonía no tiene nada de perfecto, ni de nuevo, es solo sincera y se autorefuta buscando entre el caos, escuchando y gritando el débil sonido que emana de mi mismo. El orgullo solo sirve a los hombres solos y tristes, su corazón vacío y su alma desolada les conduce lenta y amargamente al fin del tiempo. Yo camino, desde hoy, alegremente y con euforia los laberintos y peligros de la vida. Igual que todos, pero me acompaño a mi mismo, y todo lo lleno con esencias, explota mi creatividad como chispas azules y verdes en lo alto de mi personal firmamento. Realismo puro, se nutre y engrosa no con vidas ajenas, con momentos propios, pensamientos sanos y míos. El amigo que siempre esta presente es el desconocido que viene entrando por la puerta; el amor verdadero ladra como un perro, llena de babas todo tu rostro; y la dicha es dada en forma de suave brisa y ligera nevada en medio de la más sangrienta de las batallas: el hermano hombre en contra del hermano hombre.