jueves, 19 de abril de 2007

Erick


3 comentarios:

Ester Espinoza dijo...

Chavita:

No soy buena para decir las cosas de frente, sin embargo espero que leas esto y yo ya te haya dicho que eres una persona muy importante y se te apoya. No he estado muy seguido ahi contigo, porque hay demasiada gente, no me gusta estar con la bola. Espero encontrar algun momento en que no tengas tanto publico :). No se como aguantas ser observado por tantas personas, la verdad que valiente. Yo no podria hacerlo. Prefiero saber que pronto vas a llegar aqui y leeras mi mensaje. Estoy segura de eso. ¿Sabes que? Ayer me daban unas ganas enormes de regañarte, ¿ya has pensado en todo lo que batallo tu mamá para que crecieras? Lo primero que pense al verte fue en llevarte de comer (te puede dar gastritis como a mi!), pero despues me entere de lo de la huelga. Bueno, creo que lo mio son puros pensamientos infantiles. Te dejo en paz, Chava, pero promete que vas a leer esto.

Ester.

Unknown dijo...

Chavita
Para algunos fue un loco más, un hombre sin vida tratando de acaparar los reflectores. Para otros fue un barco al cual subirse y navegar con su propia bandera, un medio para que sus fines políticos cobraran auge. Otros más pensaron que era un dolor de cabeza, un inconsiente que necesitaba ayuda médica, por que podría tambalear a una institución de seguir con sus ideales. Para una gran minoría fue un ejemplo a seguir, una persona a la cual respetar y brindarle su apoyo. Salvador rompió cadenas, aunque paradójicamente las trajo puestas durante 48 horas. Se amarró a la escuela de humanidades de la UABC buscando romper con las ataduras de los demás. Dio su libertad tratando de que los demás fueramos un poco más libres. Aceptó las críticas negativas, las acogió como parte de él durante el calvario de esas noches frías que juntos, los del movimiento, vivimos. Su voz traspazó las fronteras de los papeles, irónicamente guardaba voto de silencio. Se le juzgará más de lo que se le aplauda, sin embargo ahí estará, firme con sus ideas, creyendo en algo que para él es la verdad. Si todos tuvieramos un poc de Salvador, quitando su mal aprovechamiento escolar, el planeta sería algo diferente, menos enajenado, más libre, sin tener que portar esas cadenas, que sin verse, pesan más que las que Salvador llevó con sigo durate esas 48 horas, en las que no probó alimento ni bebida.

Todos tus muertos dijo...

Mi amiga la maguitapar vos dijo, te transcribo lo que me escribió:

Maga Maga dijo...
Señor casi veinticincoañero:

Después de que os escribí me entere de algunas cosas que me hicieron ponerme del color de los tomatitos. Qué vergüenza. Lo mío son tan sólo nimiedades. Apoya a tu amigo Aharon, lo apoyo yo también. Qué tristeza de sillón. Tristeza por la necesidad de llegar a los extremos para hacer visibles las razones. Ésta, no es de color azul raíz, de esa que es profunda y se esconde y resulta casi imperceptible; es una tristeza amarilla como esa mesita, empapándolo todo, encegueciendo y tirando vendas de los ojos, paralizando el cuerpo y el alma. Dejándonos atónitos. Como un enorme sofá color mostaza que parece engullirnos.

Las mujeres (yo) somos muy egoístas, nos importan las almas individuales, no el mundo; parece ser que de eso se ocupan los hombres. Ojalá Salvador esté bien. Dale un abrazo de mi parte ¿De acuerdo? Dile que tiene que estar bien, que tiene que ponerle a nuestro planeta, no quitarle. Dile que en la ausencia no hay movimiento y sin éste... No sé, pero díselo ¿Sí?

No os preocupéis por mí, yo seguiré disimulando (soy experta en ello), además ya olvidé qué tenía (¿era algo sobre una lejana constelación llamada melancolía?), no lo recuerdo... Sonreiré yo por vos. Vos hacedlo por mí :)

P.S. Casi Feliz Cumpleaños.