viernes, 23 de mayo de 2008

Solo me defiendo.

La humedad de la tierra se conjuga con el gris opaco del cielo para mostrarnos el como, al final el cielo es la tierra, y la tierra es el cielo. Hace frío, pero no lo suficiente como para entumecernos la lengua…

¡Gracias a aquello que sea lo que no podría ser de otra forma! Aun puedo abrirme a la sensibilidad ingenua de mi alegría. Todavía se mantiene erguida esa mentalidad despreocupada hacia el descubrimiento. Y la conclusión mía es que no tengo por que hacerme chiquito y hacerles caso: ¡Míralos a ellos! Y mírate al espejo. Mi talento es ser no siendo. El precio a veces nos orilla a esfumarnos como dinosaurios prehistóricos entre las pantanosas selvas que alguna vez fueron, y que ya no están; los que somos como yo nos conocemos ente nosotros como las bestias solitarias se identifican entre ellas para evitar destruirse las unas a las otras: evitándonos. Somos oro negro, y por eso yacemos a gran distancia en lo profundo de las entrañas del subsuelo estéril; descansando tranquilamente junto a restos fósiles de aquella vida que ya se ha ido. Lo bonito es rechazar la distorsionada opulencia material de la civilización en turno; restregar los dogmas vigentes con la escandalosa actitud del aparente desperdicio de nuestras posibilidades. ¿Pero? Sálganse de si mismos y voltéense a verse ¿Qué es lo que hay? No podrán ver nada por que ni siquiera podrán salirse de si mismos. Están ensimismados en la carne; atrapados voluntariamente para evitar correr riesgos. ¿Estos son lo que me invitan a potencializarme? Es cierto que soy poco para juzgar; yo ya no los juzgo, solo me defiendo…

1 comentario:

Reiben dijo...

Petróleos pluripotenciales.