
He nacido para resistir, para luchar todos los días. Soy la representación de un ideal totalmente nuevo; me mantengo clásico. ¿Quién podrá robarme esta nueva sensación? Me encuentro en un estado totalmente diferente. No le llames éxtasis, no es un regocijo común. Las generalidades no aplican; soy una excepción, voy en contra de la regla. No me he convertido en lo que tus ojos te dicen; la apariencia de la transfiguración externa no da a entender esto que llevo dentro. Es fuego; las llamas de la fuerza bruta no se contienen más. Es la fuerza mística y violenta; se ha desbordado. ¿He acaso perdido el control? No. Te equivocas en tu apreciación, soy un romántico, un hombre cuya energía no se desgasta, un imperio cuyos pilares se sostienen sobre la base de valores inquebrantables; revestido de armaduras divinas, es acero al rojo vivo. Nada tiene que ver con eso que llamas fe; esta es mi fe, el rugido del dragón, la sangre de mis puños. Este es mi camino, mi sendero, y esta a de ser la tumba en la cual a de morir este cuerpo, esta alma; mas los hijos de tus hijos escucharan aun el eco del rugido de esta alma que arde; No hay enemigos por vencer, no hay nadie a quien proteger, es solo el retumbar de mis entrañas, arden por dentro. Este es mi tributo a la vida, en honor a ella, la desconocida, la extraña, la muda, la creadora. Mi creadora. He nacido para resistir, para luchar todos los días.
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