Ayer fui rescatado de mi cueva por un viejo buitre que creí ya había muerto ahogado en las profundidades oscuras del mar muerto, fue buena la exploración del otro mundo que esta a la vuelta del cerro donde el mora. A temprana hora del día nos paseamos por los frágiles y descoloridos jardines del Parque Morelos, la caminata y la charla se extendió por todo el camino de concreto que da directo a la entrada del templo católico donde están atrapados algunos añejos recuerdos de infancia, y por donde necesariamente hay que pasar para incursionar en mi mundo, llegando a mi mundo, le invite a pasar a mi cueva, le pareció acogedor, especialmente el rincón de las meditaciones y las contemplaciones, donde recostado leyó el relato de la mujer fantasma verde enamorada y desplumada, mientras yo me regocijaba con un frívolo baño de agua clara y pesada dentro de la gruta de los glaciares donde los pedazos azules de hielo flotaban a mi alrededor como si fuesen mujeres desnudas danzantes y alegres con olor a menta e inciensos; nos trasladamos a su mundo, ya lo he dicho, rodeamos el cerro, el transcurso de mi punto a su punto fue como el viaje que se realiza de un estado a otro, pero sin tener que recorrer físicamente los 2 mil kilómetros de distancia; ya dentro se mezclaron varias sensaciones, la rarefacción entre las mas desatacadas, nuevas charlas, nuevas coincidencias, realmente se da la comunicación ¡esto es grandioso! Sus fotos, su maquina expulsadota de ondas de sonido, sus cuadros coloridos embarrados de emociones que no puedo en realidad descifrar, sus juguetes entronados en el muro destartalado de lo que ya jamás volverá, me agrado su bibliotequita de libros con olor a viejo y a viejos amigos; me robe dos: uno de psicología y otro de caricaturas sobre un tal Jesús “El Buda”. Después de alimentarnos de un sano banquete libre de carne y de visitar a los animales del castillo (entable una gran amistad con el felino sin cola y patas de lince), pasamos a la sala donde amablemente sus súbditos me invitaron a conectarme a la Matrix, duramos como una hora y media navegando en el mundo virtual, donde por cierto conocí a una joven cristiana llamada Claudia que me cuestiono sobre mi nombre virtual (ese de santo, que utilizo para esconderme e huir de mi mismo).
Ya de noche, hicimos una fugaz visita a la academia de Letras que se encuentra en lo alto de los mundos, tanto mío, como suyo, y donde se cultiva el gusto por las tendencias y modas culturales, y donde además se enseña la especulación filosófica para mantenernos intrigados y distraídos de las verdaderas problemáticas sociales y humanas que aquejan a nuestra madre la Tierra que llora y grita lagrimas de roca fundida y cuyas heridas no terminan de sanar cuando nuevamente la plaga humana que representamos se abalanza sobre ellas y clava sus colmillos para exprimir y succionar la pocas gotas deshidratadas de sangre que le restan. Dentro se especulaba sobre el Arte, los mundos y sus conflictos con la Tierra, sobre si los samuráis serian capaces de decapitar sagradas cabezas aztecas, sobre si los zapatos vacíos escondían en realidad una puerta a un mundo que nadie vio, mas que el mismo artista; lo mas rescatable y enriquecedor fue la forma cínica y dinámica en la que el interlocutor que precedía el bacanal regocijo intelectual se mofaba de los presentes y de forma abierta y deliberada nos escupía en el rostro las palabras: “Sos unos estupidos”.
En fin espero volver la próxima temporada de calores a aquel mundo donde los hombres viven como animales y creen comunicarse unos con otros por el simple hecho de manejar el mismo código comunicativo.
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1 comentario:
Agradable certera descripción de un gran dia... cuidate hermano
pdata: tenemos una cita con el cerro jojojo xD
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